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Las musas no existen

Según la mitología clásica las musas eran las hijas de Zeus y Mnemosine que bajaban a la tierra en la búsqueda de hombres cuya inspiración ...

lunes, 12 de diciembre de 2016

Actividad de expresión escrita para alumnos de Educación Primaria.

En esta actividad vamos a trabajar las estrategias de composición centrándonos a la hora de evaluar en el  proceso que se ha llevado a cabo de preparación y planificación frente al resultado que al final se obtenga.

Desarrollo:
Paso 1: Se repartirán a cada alumno una serie de viñetas sueltas para que el alumno las ordene según él piensa que sería la secuencia correcta de la historia.
Ejemplo:



Paso 2. El alumno deberá redactar dos borradores de dos historias que guarden alguna relación con la primera de las viñetas.

Paso 3. El alumno deberá elegir uno de los borradores y volverá a redactarlo aportando ideas nuevas y escribirá un título.

Paso 4. Por parejas se intercambiarán los borradores elegidos con títulos y el compañero lo revisará y deberá aportar nuevas ideas. Luego se devolverá el borrador al dueño.

Paso 5. El alumno deberá de redactar de nuevo la historia basándose en las ideas nuevas que ha aportado otro compañero.

Paso 6. Cada alumno leerá en voz alta a un compañero su historia. Al leerla corregirá todos los errores ya sea de coherencia, cohesión, conectores, repeticiones, etc. que observe que no quedan bien.

Paso 7. Redacción final de la historia.

Temporalización:
3 sesiones

Materiales:
Fichas con las viñetas.
Cuaderno de clase.
Bolígrafo.

Evaluación:
La herramienta para la evaluación de esta actividad será el cuaderno del alumno donde vendrá todo el proceso con todos los pasos anteriormente escritos hasta la redacción final de la historia.


Recursos:

Las musas no existen

Según la mitología clásica las musas eran las hijas de Zeus y Mnemosine que bajaban a la tierra en la búsqueda de hombres cuya inspiración debían de alimentar. Estos hombres privilegiados (músicos, pintores, escritores,…) escuchaban sus voces y estas ideas les ayudaban a crear obras de arte. 

Tras la lectura de uno de los capítulos del libro de Daniel Cassany, Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir, se me ha venido a la cabeza la idea de las musas y la inspiración porque es muy normal en el aula de Educación Secundaria que un alumno se quede parado sin hacer nada y que su argumento sea  “es que no estoy inspirado”. A esto que le suelo contestar “como decía el pintor Picasso, la inspiración existe pero debe encontrarte trabajando”.   En este capítulo de Cassany se explicita las estrategias que un buen escritor usa para realizar una buena composición escrita, diferenciando con respecto a los pasos que da un escritor mediocre. Los datos que ofrece están recogidos de numerosos estudios procedentes de diferentes perfiles de lectoescritores. Los resultados de esta investigación se resumen en que cuanto más se trabaja un texto, mejor va a ser su resultado. Por lo tanto podríamos afirmar que una gran obra es el fruto de un gran trabajo previo. ¿Entonces no existe la divina inspiración?
Si profundizamos en la lectura de dicho capítulo, Cassany además nos describe las diferentes estrategias que se han de tener en cuenta para aprender a escribir correctamente. En primer lugar destacamos las estrategias de composición. Cuando un escritor mediocre va a componer un texto primero planifica su estructura, realiza un borrador lo revisa y construye el texto final. En cambio, los buenos escritores planifican la estructura, realizan un  primer borrador, revisan ideas nuevas, reformulan la estructura, un segundo borrador, de nuevo ideas nuevas y reformulan la estructura, tercer borrador… y así sucesivamente cuantas veces sea necesario. El buen escritor pasa más tiempo en la preparación y planificación, no tiene miedo de equivocarse, es mucho más crítico consigo mismo,  ni se cansa de reformular cuantas veces sea necesario el texto. Al contrario de un escritor mediocre, quien se obsesiona más por la forma (reglas ortográficas y gramaticales) rompiendo el flujo ágil y creativo de las ideas y de la redacción. También en dicho capítulo se destaca que el buen escritor tiene muchas más estrategias de apoyo, es decir microhabilidades completementarias en relación a la búsqueda de palabras, ideas, contenidos,… y también son mucho mejores lectores a nivel de comprensión, creación de resúmenes y esquemas.
Por lo tanto, la conclusión que obtengo de esta lectura de Cassany, es que la calidad de una composición escrita equivale al esfuerzo y trabajo que hay detrás de dicho texto. Haciendo un paralelismo con lo que observo del trabajo de los alumnos en el aula, las nuevas generaciones a nivel general presentan un rechazo total al esfuerzo, constancia y trabajo. No quieren nunca equivocarse. Lo mejor es hacerlo todo de primera y lo más rápido posible. Y el ser críticos con ellos mismos tampoco lo entienden bien, porque el fracaso es lo peor para ellos. Entonces me pregunto ¿cómo hacer que comprendan que no importa cuántas veces se equivoquen, tachen, borren y rehagan todo de nuevo? Si al fin y al cabo lo importante es pasar por todo este proceso para aprender. Thomas Alva Edison realizó más de mil intentos hasta conseguir por fin crear la primera bombilla, y fue gracias a esos mil intentos fallidos que él aprendió como no funcionaría.

Si es que… ¿cómo les hago entender que las musas no existen?

Bibliografía
Cassany, D.  (2011). Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir, pp. 119-137 Barcelona: Paidós.